Crónica de la Presentación en Barcelona por SERGIO GRAO PALOS
Empezamos el día entre los muros del barrio judío de Barcelona, sillares llenos de historia y calles estrechas hasta hacer gritar a un arquitecto puritano. La humedad se hacía cada vez más presente, mientras que con vinos blancos y cervezas desgranábamos la tesis más atrevida y divertida del mundo mundial.
Llegó la hora de comer y pusimos rumbo al Raval con la idea de ver el Macba... Menuda sorpresa cuando nos encontramos con hordas de gente ávida de beats, loops y fiesta loca. El Sonar había invadido el barrio de gafas de colores, bermudas, chancletas y pulsericas de colores. Nosotros éramos dos Sonar-kids sin entrada, dos artistas de la electrónica más analógica, dos ilógicos de verbena profunda...
El Fidel nos estaba esperando para comernos dos bocadillos modernos con camisa hawaiana y bigote impertinente... Los fuegos fatuos los apagó el vino y la insulina... Después de la comida, paseo ravalero por Robadors, antiguos solares e historias de palomares cautivos.
Paremos o paramos a desensebar en el Olimpic, bar con solera y con la Mercedes repartiendo ostias con la boca, experta de mil batallas y con máster en trato al cliente.
Ya estabamos listos para el ritual... El Centro Aragonés de Barcelona nos recibió con los brazos abiertos, con los brazos en forma de Cruz... Ensayos, gin tonics y reencuentros. La fiesta estaba a punto de empezar:
Presentaron los libros: "Tokyo-Barcelona-Albalate" de Sergio Grao y "La hora del recuerdo" de Mariano Estrada; Jacinto Bello, presidente del Centro Aragonés de Barcelona; Mariano Esteban, presidente de la Fundación Cultural Bajo Martín; y el propio Sergio Grao.
Seguidamente Víctor Guíu, presentó la editorial "Cordelería Ilustrada" con toda la grandeza e ilustración que la misma requiere. Literatura grande en formato pequeño... Literatura de altas cumbres desde el llano.
Después vino la fiesta con Chundarata, mosica aragonesa hecha con el corazón que inundó el Salón Costa de ritmos conocidos y canciones para cantar a pecho descubierto.
Para cerrar el acto, "Barna-Cierzoland connection" (El Pep, el Toni y el Mestizo), pusieron el broche de oro a base de blues callejero, spoken word y teorías de taburete, que dejaron perplejo al personal y con ganas de más.
Y terminamos con un pica-pica, cortesía del Centro Aragonés de Barcelona, donde pudimos firmar libros, hablar con la gente y hacer amigos mientras una gaita de boto y un acordeón atacaban el "Ball de Benás".
La noche continuó para unos pocos en Casa Pili con casi todos los Chundarata, haciendo país y sintiendo cosas inimaginables.
Gracias por la felicidad suprema.
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